El Refugio Juan Javier Neumeyer, construido por el español Manolo Puente Blanco, fué inagurado el 19 de diciembre de 1971. Para ese entonces, el camino no existía. Los materiales se acarrearon con Jeeps, por precarias huellas; en los que con gran pericia de los conductores sorteaban los obstáculos. Recién pocos años más tarde, con la inagotable perseverancia de Manolo se consigue el dinero para construir el camino. Manolo estaba trabajando para el Club Andino Bariloche, y construía esta infraestructura sobre la idea de hacer del cerro Challhuaco y sus alrededores un centro de esquí. Pertile, Lantschner y Jerman, recorrieron la zona y prepararon el proyecto del centro de esquí. Las obras del Refugio se llevaban a cabo con partidas de dinero muy escasas. Una construcción de tal superficie sería imposible construirla con el mismo presupuesto en el radio urbano. El edificio original, hecho con hormigón simple, y madera, contaba con comedor, cocina, baños y pieza para el refugiero en planta baja y dos dormitorios bajo el techo aprovechado.
Hasta 1985, como la mayoría de los Refugios del C.A.B. funcionó de octubre a abril. En los últimos años, por la facilidad de acceso fue robado, a pesar de las barras de hierro amuradas a las ventanas. Después del invierno del '84 el hundimiento de cimientos hacía peligrar la existencia del edificio. En l985, se produce un cambio importante para el funcionamiento del Refugio, y para las modalidades turísticas de Bariloche. Es así como presentan un proyecto de que el trefugio esté abierto todo el año, y así evitarían los robos. Para la explotación, crearon la excursión invernal "Safari Blanco" y el resto del año "Safari Verde". Las excursiones adquieren un gran auge, y el Refugio se convierte en un salón comedor para dichas excursiones. Otra innovación importante sucede en l991, Fabian Eiras comienza la práctica del esquí de fondo en el Valle. La fachada actual de la cabaña consta del viejo edificio y de la ampliación construida en madera durante 1993. En la ampliación hoy funciona un comedor y su respectivo kiosco, y en el edificio viejo un comedor cocina, baños con ducha, y en el techo la pieza del refugiero y otro gran dormitorio. El público visitante, sigue siendo el de la excursión, ya no solo por todo el día, sino también en medio día, y también se vuelve a utilizar las instalaciones como Refugio, para los montañeses, mochileros o simplemente para quienes disfrutan de la naturaleza o una noche en un lugar tranquilo.
En el invierno se pueden precticar actividades de nieve, como esquí nórdico, esquí de travesía, caminar con Raquetas, o simplemente caminar. El resto del año se aprovechan las picadas y el camino para caminar o andar en bicicleta. También hay quienes solamente se acercan para disfrutar del lugar.
El refugio cuenta con dormitorios para 30 personas con colchones, frazadas y sábanas y con la posibilidad de dormir hasta 50 personas, cocina, parrilla grande cubierta, con un anafe doble y pileta. Se pueden encargar comidas preparadas. La cocina cuenta con lo necesario para preparar y servir a 60 personas.
Comedor: El refugio cuenta con dos comedores, uno de 50 -60 personas y uno de 20. En cada salón hay una salamandra.
Baños: El refugio tiene dos baños humildes. El de damas con dos inodoros y ducha. El de caballeros con mingitorio, inodoro y ducha. Termotanque a gas.
Saliendo del centro de Bariloche, por la calle Onelli, hacia la ruta 258, camino al El Bolsón, tras 2.7 km llegamos a un cruce; tomando el camino de la izquierda, comienza un camino empedrado que nos llevará hasta el Refugio. Antes de continuar se puede parar en este cruce y disfrutar del entorno. Estamos rodeados de un hermoso paisaje montañoso. Hacia la derecha se puede observar cerro Otto, hacia la izquierda, el cerro Catedral, cerro Ventana, cerro Meta, cerro Ñireco y cerro Carbón. Algo interesante del paisaje para observar es sobre el cerro Carbón, un arco de piedras, que identifica a lo largo y alto de toda su cara noroeste. Desde este mirador, se puede observar el valle formado entre el cerro Carbón y el cerro Ñireco. Se llama valle del Challhuaco, y es precisamente adonde vamos. "Challhuaco" es una palabra nativa que se traduce por "arroyo del pescado", tras 14 km llegamos al Refugio Juan Javier Neumeyer. Este camino termina en la playa de estacionamiento frente al Refugio, transitando por un camino de flores amancay que adornan los bosques del valle del Challhuaco durante los meses de enero y febrero.
Estuviste en este lugar?
Subí la foto que sacaste y compartila con todos!